El descanso y el sueño reparador son un privilegio de niños y jubilados en esta sociedad en que aprovechar el día se ha vuelto un precepto moral y tomar bebidas energéticas, un camino para alcanzarlo. Y mientras estrujamos cada hora, las últimas investigaciones insisten en que la falta de sueño causa depresión, aumento de peso y hasta acorta la vida.
Sin embargo, el nuevo libro El poder del descanso: Por qué sólo dormir no es suficiente, del experto en sueño Matthew Edlund, asegura que si no se puede conciliar el sueño, el correcto descanso puede ser tan curativo como dormir y la clave está en cómo se hace. Más que cuántas horas dormimos, dice Edlund, "la forma en la que vivimos es lo que determina cómo nuestro cuerpo se renueva".
¿Un ejemplo? Edlund dice que las mujeres asiático-americanas de Nueva York son, en la actualidad, las más saludables y longevas del mundo. La razón: tienen una enorme red social y pasar tiempo con parientes, amigos e incluso colegas es una forma muy efectiva de renovarse, dice el experto.
Distintos estudios confirman que la sociabilización permite desde combatir enfermedades infecciosas hasta aliviar la depresión. Incluso, ayuda a evitar enfermedades cardíacas.
Más aún, los investigadores sostienen que las relaciones sociales son tan importantes en la tasa de supervivencia como la obesidad o el fumar.
Descanso físico activo
"Lo principal es hacer caso a cómo funcionan el cerebro y el cuerpo", propone Edlund. Una forma de hacerlo es poniendo en práctica la respiración profunda con la que se oxigena la sangre de todo el cuerpo. Para hacerlo, hay que pararse derecho con los pies separados, los dedos de los pies hacia adelante, mirando al frente con todo el cuerpo en una línea recta imaginaria. Luego, echar los hombros hacia atrás, juntar el mentón con el cuerpo y respirar profundo contando hasta cuatro, expandiendo el tórax.
Otra forma es dormir una siesta de 15 a 30 minutos. Un estudio de la Nasa dice que una siesta de 26 minutos puede mejorar el rendimiento en algunas tareas de trabajo en un 38%. "Caminar por 20 ó 30 minutos genera anticuerpos, mejora el humor, y limpia el cerebro", agrega el autor.
El descanso espiritual
Los estudios neurológicos han demostrado que las personas que meditan son físicamente capaces de ampliar partes de sus cerebros, como el lóbulo frontal, la zona de la corteza cerebral donde se controla la concentración, la atención y donde se realiza gran parte del análisis de problemas.
Las personas que meditan también son capaces de acumular más materia gris en el cerebro medio, que controla las funciones corporales automáticas -como la respiración-, y la corteza dorsolateral prefrontal, donde se coordinan los músculos y la memoria activa.
Es importante la espiritualidad, más allá de ser religiosa o no, porque las personas necesitamos saber que nuestra vida importa, queremos que signifiquen algo y la vida espiritual es la forma de conectarse a algo mayor.
El descanso mental
Se ha demostrado que incluso las actividades más mínimas, como enviar un mensaje de texto o ver TV, afectan nuestro sistema nervioso, cambian la presión arterial y la temperatura del cuerpo.
Una manera de buscar concentrarse y descansar la mente es estar de frente y tratar de mirar la parte superior de la cabeza -como hacia el techo-. Luego, cerrar los ojos y concentrarse en apuntar la vista hacia arriba. Respirar profundamente contando hasta cuatro y exhalar contando hasta ocho. Ideal es visualizar algo como una playa en un día soleado o un bosque salpicado de sol. "Lo importante es concentrarse en algo totalmente fuera del cuerpo", dice Edlund.FUENTE PANORAMADIARIO.COM
publicado 23 sep 2010.