Hoy se cumplen 47 años de la Guerra de Abril, un acontecimiento que
tuvo implicaciones económicas, sociales, políticas e ideológicas, y que
dejó un claro mensaje a los sectores poderosos de la época: que el
pueblo tenía la suficiente conciencia para terminar para siempre con los
golpes de Estado en el país.
“A partir de la Guerra de Abril aquí no ha habido ni siquiera asomo de golpes de Estado”, subrayó el historiador Franklin Franco, en su opinión sobre la Guerra de Abril de 1965, que duró entre el 24 de abril y el 3 de septiembre de ese año.
Recuerda que ese hecho fue como consecuencia del Golpe de Estado, en 1963, al profesor Juan Bosch.
El pueblo lanzado a las calles reclamaba el retorno de Bosch al poder, pero también la vuelta de la constitucionalidad.
Es que Bosch, al asumir la Presidencia, producto de las primeras elecciones democráticas en el país, tenía la clara convicción de hacer cumplir la Constitución, calificada por historiadores y politólogos de gran alcance democrático y progresista.
Esa Carta Magna, precisa Franco, fue la premisa del conflicto cívico-militar, ya que fue condenada por la gran burguesía comercial e industrial dominicana, así como por la Iglesia Católica. Esos sectores calificaban de comunista la Constitución y al gobierno de Bosch.
Para Franco, la Guerra de Abril se construye en una expresión que fortaleció la conciencia democrática del pueblo. Dice que aunque se avanzó en cuanto a los valores democráticos, la intervención norteamericana frustró los alcances definitivos de ese proyecto revolucionario, del retorno de Bosch y la vuelta de la Constitucionalidad.
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“A partir de la Guerra de Abril aquí no ha habido ni siquiera asomo de golpes de Estado”, subrayó el historiador Franklin Franco, en su opinión sobre la Guerra de Abril de 1965, que duró entre el 24 de abril y el 3 de septiembre de ese año.
Recuerda que ese hecho fue como consecuencia del Golpe de Estado, en 1963, al profesor Juan Bosch.
El pueblo lanzado a las calles reclamaba el retorno de Bosch al poder, pero también la vuelta de la constitucionalidad.
Es que Bosch, al asumir la Presidencia, producto de las primeras elecciones democráticas en el país, tenía la clara convicción de hacer cumplir la Constitución, calificada por historiadores y politólogos de gran alcance democrático y progresista.
Esa Carta Magna, precisa Franco, fue la premisa del conflicto cívico-militar, ya que fue condenada por la gran burguesía comercial e industrial dominicana, así como por la Iglesia Católica. Esos sectores calificaban de comunista la Constitución y al gobierno de Bosch.
Para Franco, la Guerra de Abril se construye en una expresión que fortaleció la conciencia democrática del pueblo. Dice que aunque se avanzó en cuanto a los valores democráticos, la intervención norteamericana frustró los alcances definitivos de ese proyecto revolucionario, del retorno de Bosch y la vuelta de la Constitucionalidad.
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